Cualquier estudiante, incluso el más aplicado, ha tenido problemas a la hora de concentrarse para memorizar y aprender un tema. Cuando esto sucede tenemos dos opciones: perder los nervios o recurrir a las técnicas de concentración para estudiar. Estos métodos permiten poner orden en nuestro día a día, establecer una rutina y marcar pautas que nos ayudarán a ver la luz al final del túnel. ¿Nos acompañas para conocer cuáles son?
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¿Por qué no me puedo concentrar para estudiar?
Si te cuesta poner el foco en tus apuntes y mentalizarte para aprender todo lo que debes saber para el examen, puede que te preguntes: ¿qué hago si no me puedo concentrar para estudiar? ¿Qué es lo que está fallando?
Algunas de las causas y motivos más frecuentes de la falta de concentración incluyen:
- Hay demasiadas distracciones externas. Puede que tengas mucho ruido de la calle, que la música que escuchas no sea la más indicada para concentrarte, que haya voces de fondo, mucho movimiento, que veas las notificaciones del teléfono saltar una y otra vez… Intenta limitar todas estas distracciones para que no interrumpan tu estudio.
- Distracciones internas. ¿Tienes hambre, sed o sueño? Esto puede afectar a tu capacidad de concentrarte. Atiende a tus necesidades; de lo contrario, la distracción seguirá ahí.
- Preocupaciones, estrés y ansiedad. Nuestro estado emocional influye en la capacidad de concentración. Se ha demostrado que las personas mentalmente sanas tienen mayor capacidad de retención y pueden poner el foco de su atención en una sola tarea durante más tiempo.
- Falta de motivación. Esta es una de las causas de la más habituales y también más difícil de abordar. Si te interesa el tema que estudias, ¡genial! Pero si se te hace bola y sólo piensas en quitártelo de encima, o peor aún, empieza a darte igual lo que pase en el examen… tendremos un problema.
- Problemas de atención. Hay personas que tienen de por sí problemas para concentrarse en la realización de una sola tarea. Si crees que este puede ser tu caso, nunca es tarde para consultar con un especialista. Te sorprendería saber la cantidad de jóvenes que han creído ser malos estudiantes cuando, en realidad, sólo tenían déficit de atención o hiperactividad y necesitaban un abordaje diferente específico.
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¿Cuáles son las mejores técnicas de concentración para estudiar?
Ahora bien, si quieres saber cómo tener una buena concentración para estudiar y evitar que estas distracciones vuelvan a abordarte, presta atención. Estas son las 10 técnicas de concentración para estudiar que te ayudarán a superar los exámenes de forma fácil y sencilla. ¡Toma nota!
Duerme ocho horas
Dormir bien es lo primero que tienes que hacer para estudiar. Nuestra mente necesita procesar todo lo que hemos aprendido para retenerlo y guardarlo en la cabeza adecuadamente. Esto incluye, por cierto, tanto el tiempo de sueño como su calidad y unos buenos hábitos de higiene del sueño:
- Usa la cama sólo para dormir; ¡no estudies en ella!
- Duerme de noche y estudia de día. Vamos, que nada de estudiar hasta las cuatro de la madrugada…
- Sigue una rutina relajante y aléjate de las pantallas antes de dormir.
¿Qué tomar para concentrarse?
La alimentación tiene mucho que ver con nuestra mente, y afecta a la capacidad de concentración y de estudio. Durante la época de exámenes, cuando estamos más enfocados en aprender y memorizar, hay algunos consejos sobre qué tomar para concentrarse y qué evitar:
- Huye de las bebidas azucaradas y del alcohol.
- No te excedas con el café.
- Evita las grasas saturadas y los alimentos ricos en azúcar, puesto que dificultan la concentración en lugar de mejorarla (aunque a veces pueda parecer lo contrario).
- Toma alimentos ricos en potasio y magnesio, como plátanos, verduras, frutos secos…
- Tomar pequeñas cantidades de chocolate con un alto porcentaje de cacao fomenta la memoria y potencia la concentración.
Practica alguna actividad física
Una de las mejores técnicas de concentración para estudiar es, curiosamente, huir un rato de tanto estudio y ejercitar nuestro cuerpo. Hacerlo contribuye a aumentar los niveles del factor neurotrófico, una proteína que mejora la plasticidad de las neuronas, aumenta sus conexiones y permite, en definitiva, establecer nuevos aprendizajes.
Además, numerosos estudios estacan que la práctica del deporte permite mejorar el funcionamiento y agrandar ligeramente el hipocampo. Esta estructura cerebral es una de las que tiene mayor implicación en la memoria.
Busca un lugar tranquilo
Es recomendable estudiar en un espacio amplio, despejado con buena luz solar, sin ruidos y ordenado. En definitiva, una habitación que limite los estímulos y las distracciones externas, en la que nos sintamos cómodos, tranquilos y aislados. Parece obvio, ¿verdad? De entre todos los consejos para mejorar la concentración, buscar un lugar tranquilo es el que mejor funciona y el que menos se sigue.
Gestiona tus preocupaciones
Si tienes tu mente dando vueltas a miedos, ansiedades y preocupaciones, tu cerebro estará poco o nada pendiente de la materia que intentas estudiar. Puedes hacer varias cosas para mejorar tu atención, como pueden ser estos consejos para gestionar tus preocupaciones:
- Resuélvelos. ¿Cuáles de ellos tienen una solución relativamente sencilla? Resuelve todo lo que tengas que hacer lo antes posible para dejarlo cerrado y estar al 100% con tus estudios.
- Pospónlos. Si ahora mismo no puedes solucionarlos, apúntatelos y dale a ‘posponer’. Ahora no puede hacer nada, por lo que no tiene sentido que te sigas preocupando.
- Relájate y practica mindfulness. Esto te ayudará a tener la mente despejada y receptiva y podrás deshacerte de todos los pensamientos improductivos que interrumpen tu sesión de estudio.
Tenerlo todo a mano
Antes de ponerse a estudiar, escribe una lista de todo lo que necesitas y disponlo todo para que no tengas que levantarte cada dos por tres. Si cada vez que necesitas algo tienes que levantarte para conseguirlo, interrumpirás tu concentración y esta se irá por dónde ha venido.
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Planifica tus sesiones de estudio
Puedes marcarte un horario o un calendario para ir cumpliendo tus metas académicas. Otras ideas incluyen escribir ciertas tareas, planificar los descansos y tener claro por dónde empezar y cómo continuar, algo fundamental para garantizar el éxito de nuestros estudios. Eso sí: sé realista con tu planificación y no intentes sobrecargarte. Esto sólo te llevará a la decepción, la presión y el aumento del estrés.
Haz esquemas
Un esquema es una forma visual de representar un tema o una asignatura. Es un gran aliado a la hora de memorizar los conceptos clave y establecer relaciones entre ellos. Después, se añaden nuevos conceptos, se desarrollan las ideas importantes… En definitiva, se trabaja de una forma más visual.
Utiliza reglas mnemotécnicas
Este es un truco para estudiar que ha demostrado grandes resultados. Consiste en oraciones cortas, sencillas, que pueden ayudar a acceder a un recuerdo más complejo. Es como ‘programar’ un esquema en nuestra mente, la que podremos acceder en el examen. Por ejemplo, si tienes que recordar las provincias o capitales de una zona, prueba a unir las iniciales de modo que formen una palabra. Cuando estés frente al papel, sólo tendrás que recordar esta palabra y las capitales saldrán por sí solas.
Involucra las emociones
Los acontecimientos que impactan en nuestras emociones son los que mejor recordamos. Por eso, puedes utilizarlo a tu favor para memorizar y estudiar mejor, relacionando la información que te ofrece la asignatura o tema con tu propio aprendizaje y experiencia. De esta forma, te implicarás de forma emocional en lo que estás estudiando y tu cerebro retendrá más información.
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