En distintas áreas de la vida hay que tener un impulso para seguir y actuar de la mejor forma y conforme a nuestros valores. Especialmente, mantener la motivación en el trabajo es fundamental para tomar decisiones y alcanzar el desarrollo profesional deseado. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, es normal que se vaya perdiendo esa energía, esa pasión por lo que hacemos en nuestro entorno laboral. Por eso, hoy te dejamos algunas claves para mantener el nivel de interés en tus actividades diarias de trabajo. Sigue leyendo o consulta nuestra oferta formativa en recursos humanos para aprender más del tema.

¿Qué es la motivación en el trabajo?

La motivación laboral se manifiesta a partir de dos principios. Uno puede venir de dentro o fuera de nosotros, por ejemplo, algo que nos puede generar interés de manera extrínseca es el dinero o el reconocimiento. Por otro lado, la superación personal, el crecimiento o la satisfacción personal serán impulsores intrínsecos.

No obstante, otro tipo de motivación la podemos encontrar para evitar una consecuencia negativa, como que nos regañen o nos despidan del trabajo. O para alcanzar algo positivo, como un proyecto nuevo de más responsabilidad.

¿Por qué llegamos a perderla?

Existen diversas causas que pueden provocar una desmotivación en el trabajo, algunas de estas son:

  • La realización de tareas repetitivas que no requieren de nuevas ideas creativas o iniciativa.
  • Control excesivo por parte de superiores.
  • Un clima laboral aburrido o enrarecido.
  • Falta de reconocimiento y progreso
  • Una mala gestión en la comunicación y desorganización en los roles.

Todo esto puede llevarnos a perder el entusiasmo y la disposición para realizar ciertas tareas asignadas. También, podemos perder esa energía por la fuerza de la costumbre o por la rutina que ya no aporta situaciones novedosas.

¿Cómo se aplica la motivación en el trabajo?

Los factores que más influyen para motivar al trabajador están relacionados con su desarrollo personal y profesional. Por ello, es importante definir unas metas claras para que el trabajador sepa cuáles son los objetivos de la empresa y las acciones que apoyará en la realización de dichos objetivos.

Otro aspecto que puede funcionar es la consecución de retos alcanzables pero que supongan un desafío. Esto nos ayuda a crecer, a confiar en nuestras capacidades y a sentirnos realizados con nuestro desempeño. En verdad, buscar nuevos retos y esforzarnos por lograrlos puede influir en la disminución del aburrimiento y en la evolución de las prioridades personales.

Claves para recuperar la motivación laboral

Mantener el interés es una tarea sencilla pero laboriosa porque requiere tiempo, esfuerzo y dedicación. También, se necesita de un trabajo de autoconocimiento para saber qué me gusta, qué situaciones disfruto, qué cosas me hacen sufrir o cómo puedo cambiar eso que me cuesta trabajo hacer. Para resolver estas preguntas podemos empezar con sustituir los aspectos que nos disgustan y entrenar nuestra reacción al interactuar con eso que nos hace sufrir para disminuir poco a poco dicha sensación.

Otras cosas que podemos hacer es:

  • Recordar las motivaciones iniciales que nos llevaron a hacer lo que estamos haciendo.
  • Dejar de darle muchas vueltas y rumiar con lo mismo todo el tiempo.
  • Identificar qué es lo que nos frena y cambiarlo.
  • Concentrarnos en lo que estamos haciendo en el momento.
  • Rodearnos de personas positivas y afines.
  • Asumir riesgos con mentalidad retadora y positiva.
  • Pedir ayuda y buscar personas que quieran compartir las mismas motivaciones.